La Internacional del Aceite de Oliva ha presentado en México una campaña de promoción para incrementar las ventas del oro líquido español en el mercado azteca.
Existen una infinidad de factores e indicadores que sitúan a México como un mercado con unas enormes posibilidades para los aceites de oliva. Para empezar, hay que tener en cuenta que, a pesar de la cercanía cultural con España, solo representan el 1,16% del consumo de grasas vegetales en ese mercado. Eso nos da un consumo per cápita de unos 135 gramos por habitante al año. Se trata de una cifra muy baja incluso en comparación con otros países de América Latina; por ejemplo, los brasileños consumen alrededor de 500 gramos per cápita. Y eso no significa que el consumo se haya estancado en los últimos años. De hecho, las importaciones han crecido en las dos últimas décadas casi un 300%, pero lejos de la evolución de otros mercados más maduros. Con una población mexicana que supera los 120 millones de habitantes, el potencial de crecimiento es evidente.
Al mismo tiempo, los mexicanos han mostrado en los últimos años una enorme preocupación por comer más sano. Y no es nada extraño ya que, según los datos publicados en 2020 por la Secretaría de Salud del Distrito Federal, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en cuanto a obesidad infantil y el segundo en adultos. Por eso se ha visto un cambio de tendencia que coincide con la crisis sanitaria que se manifestado en un aumento del consumo de aceite de oliva, al mismo tiempo que disminuía el consumo de los alimentos ricos en grasas saturadas. Esto, unido a un cambio en los hábitos culinarios, con la vuelta a cocinar en casa, ha hecho que entre 2019 y 2021 las ventas de aceites de oliva en México hayan crecido un 84%.
Fuente: México, un mercado de futuro para el aceite de oliva español (eleconomista.es)