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HACIA LA CONSOLIDACIÓN DE ESPAÑA COMO «HUB» LOGÍSTICO

El mercado online es una tendencia que ya prometía venir para quedarse y que experimentó un gran auge a raíz del estallido de la pandemia, que ha permitido su consolidación. Aunque no todas las empresas estaban preparadas para darle la bienvenida, la mayoría optó, de forma más o menos ágil, por «subirse al carro» del ecommerce para poder continuar con su actividad comercial y no perder oportunidades de venta.

 

En estos dos últimos años, el fenómeno del ecommerce no ha parado de crecer en nuestro país. De hecho, según datos de la CNMC (Comisión Nacional de Mercados y la Competencia), la facturación del comercio electrónico en España aumentó un 13,7% a mediados de 2021, liderado por la venta de prendas de vestir a través de la red.

 

Este crecimiento del comercio electrónico tiene una consecuencia directa en el mundo físico y es la apertura de parques logísticos, que ha permitido sostener este crecimiento, y tal y como resalta DBK, durante los dos últimos años han abierto 82 parques logísticos en España.

Como muestran los datos, son muy pocos los consumidores que no han sucumbido a comprar por internet, algunos ya tenían el hábito interiorizado y otros lo han creado a partir del confinamiento.

Sea como fuere, lo cierto es que la mayoría de los consumidores hacen click pero no se cuestionan qué hay detrás de ese pedido y cuál es el proceso que sigue un producto para que los usuarios lo recibamos en tiempo y forma.

El comercio electrónico tiene una consecuencia directa en el mundo físico y es la apertura de parques logísticos, que ha permitido sostener este crecimiento

Y es que, si bien, cualquier negocio puede crear una tienda online, cumplir con los pedidos es algo mucho más complejo y requiere eliminar determinadas limitaciones que actualmente existen para que el auge del comercio electrónico sea una realidad y, por tanto, España afiance su posición para convertirse en Hub logístico.

Una de esas limitaciones radica en que pocas empresas de ecommerce pueden acceder a los servicios de fulfillment convencionales para poder cumplir con rigurosos requisitos de entrega y competir con las grandes plataformas.

A pesar del aumento en el número de empresas que actualmente venden online, la industria logística solo da servicio a una pequeña cantidad de grandes empresas que venden productos fáciles de categorizar, pero los minoristas de comercio electrónico suelen ser rechazados por las grandes empresas de fulfillment cuando deciden externalizar este servicio.

Otro de los impedimentos con los que se encuentran las empresas de menor tamaño es la incapacidad para competir contra el «gratis y rápido» de las grandes plataformas. Y es que hay que desterrar la idea de que ambos adjetivos son sinónimos de éxito. Aparentemente, la entrega gratuita es cada vez más importante, pero no necesariamente significa que la entrega rápida sea un requisito previo para el triunfo.

Los minoristas de comercio electrónico suelen ser rechazados por las grandes empresas de fulfillment cuando deciden externalizar este servicio

A pesar de ello, lo «gratis» sigue siendo importante porque a los usuarios de la red no les gusta encontrar sorpresas en la factura final y porque ofrecer entrega gratuita tiene un impacto algorítmico, lo que hace que determinados productos sean más visibles en las búsquedas realizadas.

Respecto a la rapidez en la entrega de los productos, muy pocos productos cumplen con este criterio porque, en general, los usuarios afirman que pueden esperar entre 24 a 48 horas para que estos lleguen. La razón es que si lo necesitan al instante lo más probable es que vayan a una tienda cercana a adquirirlo, de hecho, según un reciente estudio de PWC, tan solo un 40% está dispuesto a pagar por tener un envío más rápido que el estándar.

La rapidez en la entrega simplemente no se ve como un argumento de venta único, especialmente si los consumidores pagan la factura. Pese a todas las innovaciones, la entrega en el mismo día sigue siendo extremadamente costosa.

A pesar de ello, la consistencia del paquete y la confianza importan más que la rapidez en la entrega. Igualmente, el control del estado del envío de los productos también es cada vez más importante para los clientes, es decir, la capacidad de rastrear un artículo durante todo el proceso de cumplimiento, brindándoles la seguridad de que llegará y asegurándose de que estén en casa cuando llegue.

La rapidez en la entrega simplemente no se ve como un argumento de venta único, especialmente si los consumidores pagan la factura

En definitiva, es necesario que las empresas construyan un enfoque más estratégico para su proceso de fullfilment, ya que es la base para que se esté produciendo el boom del ecommerce en España. De nada servirá vender mucho a través online, si las empresas no son capaces de entregarlo cumpliendo con determinados estándares de calidad. Solo de este modo, España será capaz de convertirse en hub logístico.

Fuente: Hacia la consolidación de España como ‘hub’ logístico (eleconomista.es)

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